Empieza diciembre, un mes de mucho tránsito de dinero, al cierre de un año muy complejo por la economía de los hogares. Por un lado, familias sobreendeudadas; por el otro, el comercio deseoso de compradores; alrededor, muchas personas tratando de aprovecharse.

En la historia abundan los ejemplos de ejércitos que han operado como poderes antidemocráticos y abusivos, serviles o apalancados para intereses económicos. Las noticias de semanas recientes nos hablan de una escalada de expresiones militares en los países de América Latina, con hechos que lamentablemente tampoco nos sorprenden.

No son los tiempos más cómodos para presidir el tribunal continental de derechos humanos, pero sí podrían ser los que exigen más compromiso y asertividad.

Las noticias dicen que pasa de 1.000 a 4.000 el número de pensionados “de lujo” que verán recortado el monto de cada mes, y que este dinero lo podrá destinar el Estado a atender algunas de las muchas necesidades fiscales de estos tiempos.

Hablar del café en Costa Rica es hablar de historia, de casos de éxito de muchas familias, de un producto simbólico y también de una dura realidad que enfrenta buena parte de los productores. 

El sector instalado en zonas francas sigue creciendo bien, pero el resto de la producción aún no coge impulso prometedor. Si la balanza comercial se ha reducido es porque han bajado las importaciones, porque la economía nos está haciendo consumir menos. Carros, por ejemplo.