Dicen que el tiempo perdido hasta los santos lo lloran. La migración, ese viaje obligado al que recurren millones de seres humanos para sobrevivir junto a sus familias, no es algo que solo vemos desde lejos, sino que también se ha hecho parte de nuestro entorno habitual.

No hay que estar extremadamente informado para saber que tenemos un historial de relaciones tensas con el gobierno vecino del norte. Un historial que sólo en fecha reciente implica juicios en corte internacional, fallos incumplidos por parte del orteguismo, afrentas, burlas y desdenes.

La historia de Haití está marcada por las tragedias. De la colonización, del saqueo, de la corrupción, de la feroz deforestación y de los embates de la naturaleza.

Una cuantiosa suma de 26 millones de dólares. Ese es el monto dejado de percibir en tributos por la acción del crimen organizado con el contrabando de productos lícitos.

En las democracias de hoy, el descontento es pan de cada día. Está literalmente incrustado en las conversaciones de los ciudadanos; tanto de los denominados "de a pie", como de los más acomodados. El último informe del Programa Estado de la Nación dedica un capítulo especial a esta sensación.za.

Para no quitar el dedo del renglón, acuñamos variaciones del mismo tema: el de la política mundial y sus repercusiones internas. Y es que a propósito del huracán Trump, es inevitable observar que aquí en nuestro pequeño entorno, los política local discurre sin enterarse de cómo en el resto de la aldea democrática los contingentes de ciudadanos votantes están golpeándole la cara a las estructuras políticas tradicionales.