“Es la economía, estúpido”. Con esa frase simple logró en 1992 Bill Clinton revertir el favoritismo de su rival electoral George Bush, al conectar con las necesidades más cotidianas del electorado estadounidense y relegar a un segundo plano asuntos políticos trascendentales, sí, pero más abstractos.
La frase se popularizó entonces como la necesidad obvia de atender prioridades cuando se quiere alcanzar ciertos objetivos. No se puede mantener sano un sistema político sin un buen sustento de bienestar de los hogares, o al menos la expectativa de que pronto llegará.
La reflexión vale para cerrar el año, ahora que sabemos que hemos relativizado en Costa Rica nuestro apoyo a la democracia en los últimos 30 años. Muchos se preguntan de qué sirve esta si no resuelve las necesidades de la población o si solo resuelve las de sectores privilegiados.
Por eso conviene ver cómo cierra la percepción popular en este 2019, qué se piensa del rumbo del país y cuánto espacio se abre la sensación de crisis. Podemos saber en quiénes confiamos más en este momento que se cruza con la campaña para elegir autoridades municipales el 2 de febrero. Es un aporte que nos puede dar el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la UCR, cuyo investigador Ronald Alfaro con quien conversamos en Hablando Claro.