Hay silencios que producen, como mínimo, un gran desconcierto.
La situación de Eduardo Li, tras haber aceptado su culpabilidad por haberse apropiado de más de $600 mil mediante dádivas y otras estratagemas, seguirá su curso en Estados Unidos; mientras la ciudadanía costarricense sigue ayuna de respuestas a una gran cantidad de incógnitas acerca del manejo, uso y abuso de las jugosas arcas de los dineros del fútbol nacional.
En este sentido, es claro que el periodismo costarricense está en deuda. Tal y como lo dijo el veterano periodista Lafitte Fernández la prensa deportiva de nuestro país, "no vio, no oyó, no reportó y ni siquiera pudo recordar a los televidentes este domingo por la mañana que el uniforme de nuestros seleccionados en Rusia fue negociado a través de un soborno".
¿Es posible que no se hubiera advertido alguna anomalía a lo largo de tanto tiempo? ¿Cómo aún después de las acusaciones y la detención de Li no se produjo una investigación periodística que al menos planteara la necesidad de esclarecer los detalles de las derivaciones locales del FIFAGATE?
Demasiadas preguntas y ninguna respuesta. Del papel invisible que ha jugado la prensa y la forma en que debería abordarse este hecho, conversamos con el historiador deportivo Rodrigo Calvo y con el periodista Carlos Villalobos en Hablando Claro.
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