El final de la historia era previsible: el Gobierno desiste de su plan para vender gasolina mezclada con etanol. La razón, la “opinión generalizada” en contra de esta propuesta. En otras palabras, se impusieron las críticas de sectores políticos, algunos expertos y, seguro, de las redes sociales.
Más allá de la conveniencia o la potabilidad del etanol en la gasolina, este episodio demuestra el grado de vulnerabilidad que tiene el Gobierno para lanzar sus acciones. El “capital político” es escasísimo y se somete a prueba cada día.
Se ve mejor con números en mano, con mediciones de la imagen del presidente Carlos Alvarado, de apoyo o rechazo a su gestión y del clima de pesimismo que impera.
En Hablando Claro analizamos esos indicadores y los contextualizamos con la guía de la doctora María José Cascante, politóloga del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la UCR.