Está claro que hablar de salud pública es hablar del cumplimiento de derechos humanos. Resulta un concepto asimilable porque es parte de nuestro ADN democrático.
Por supuesto, esta innegable condición de país con altos estándares de salud pública tiene, por supuesto, inmensos desafíos que seguir acometiendo.
Pero si hablamos de sarampión. O de manera más amplia, de vacunación contra enfermedades transmisibles, sabemos todos lo que hemos alcanzado. Y lo tenemos más presente aún cuando el sarampión viene en avión. Paradójico, viene de Francia, viene de Estados Unidos. Y ningún connacional se ha contagiado hasta hoy.
De derechos humanos también hablamos cuando referimos al saneamiento de nuestras aguas; tema en la palestra esta semana. Y también cuando hablamos de la anticoncepción oral de emergencia. Polémico si, pero tan derecho humano como otros. Como el de proveer las mejores condiciones posibles desde la política pública para la alimentación saludable.
De todo esto conversamos con el ministro de Salud Daniel Salas.