La CCSS es otra de esas instituciones que se suele manejar por fuera de la línea del Gobierno central, ahora que está de moda el concepto. Lo particular es su volumen enorme para nuestra escala y lo sensible que resulta para nuestra sociedad.
Manejaba el sistema de compras que quería y ahora sí acepta regirse por el programa unificado llamado SICOP, pero mantiene el rechazo a plegarse a las consideraciones fiscales del sector público. Una de cal y otra de arena, podría decirse.
Sin embargo, la CCSS sí deberá obedecer el mandato de la Sala Constitucional de diseñar antes de septiembre un plan para solucionar el inagotable problema de las listas de espera para citas, procedimientos o cirugías, pues los magistrados consideran que –más allá de cada recurso de amparo- hay una violación general del derecho a la salud.
El presidente de la CCSS, Román Macaya, nos acompaña, dispuesto a contestar, explicar o justificar los ángulos más actuales de esta institución fundamental en nuestro país.