Fotografía: VozLibre.com
Por si había alguna duda respecto de la firmeza con la que el nuevo jerarca de Relaciones Exteriores se plantaría frente al espinoso tema de las democracias vulneradas, habría que enfatizar la inmediatez con que se produjo la enérgica condena por la detención arbitraria (de tan solo unas horas) del Presidente del Congreso de Venezuela, Juan Guaidó, este fin de semana.
El rechazo al nuevo mandato de Nicolás Maduro externado días atrás en el seno de la OEA no sólo hizo caso omiso de las advertencias (amenazas) de Caracas, sino que recalcó el apoyo costarricense "a los líderes legítimamente electos de la Asamblea Nacional" y la necesidad de realizar "nuevas elecciones presidenciales con todas las garantías de un proceso libre, justo, transparente, democrático y legítimo, como merece el pueblo venezolano".
La otra brasa en las manos de la diplomacia nacional y del resto del continente es sin duda Nicaragua. Con altos dirigentes del orteguismo abandonando a la pareja presidencial parece cerrarse el cerco de aislamiento. ¿Podrá la presión internacional ayudar a terminar con dos regímenes opresores? ¿Cuáles son los siguientes pasos y cuál el papel que debe jugar en activo la diplomacia nacional? ¿Y cuáles serán las otras líneas preeminentes de la nueva gestión?
Conversamos con el Canciller Manuel Ventura Robles.