Hoy, los desafíos para el desarrollo global imponen a nuestro país otros requisitos. Inmersos como estamos en la cuarta revolución industrial, la base para crecer está en el talento y en la capacidad de las personas no sólo para aprehender, sino para crear y transformar. Para aplicar el pensamiento lógico y la resolución de problemas en un momento vertiginosamente cambiante.
El Informe del Estado de la Educación de 2015 señala que el hecho de que "los estudiantes logren avanzar en el desarrollo de estas habilidades constituye el principal desafío del sistema educativo en el presente siglo".
Muy lejos están ya las épocas en que sobre la importación de productos tradicionales descansaban nuestros índices de crecimiento. Ahora, la tecnología es el camino.
Por ello, ese mismo informe identificó que una de las iniciativas que más contribuyen al desarrollo de estas habilidades de la futura fuerza laboral es el Programa Nacional de Informática Educativa de la Fundación Omar Dengo (Pronie-MEP-FOD), cuyo objetivo es combatir la brecha en el acceso a tecnologías digitales de la población estudiantil.
Ahí es donde está el futuro inmediato. Pero al revisar nuestros productos educativos y los servicios de conectividad nos cuestionamos: ¿cómo podemos acelerar ese tránsito y dar un mayor impulso para enfrentar los nuevos perfiles laborales y con ellos, la realización de los proyectos de vida de los habitantes de un país que aspira a ser desarrollado algún día?
Aprovechamos el 30 aniversario de la Fundación Omar Dengo para conversar con su Directora Ejecutiva, Leda Muñoz y con el Vicepresidente de CAMTIC, Paul Fervoy sobre los desafíos país en esta materia en Hablando Claro.
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