Europa, lo sabemos, es la cuna de la ilustración y modelo de la civilización.
Y en un mundo de múltiples polos de poder, el llamado Viejo Continente podría resultar la pieza esencial para sostener la democracia.
La reciente elección de Emmanuel Macron en Francia y su potencial alianza con la líder alemana Angela Merkel, así como los resultados electorales en Holanda y Austria generaron un respiro al mundo en la escalada del populismo nacionalista.
De modo que tras el fuerte cisma del Brexit los europeos, que viven en la región con el PIB más alto del planeta, empiezan a perfilar su permanencia en su propia comunidad de naciones como vital para el mundo, en el complejo escenario de debilitamiento del liderazgo de Estados Unidos, de ascenso de China y de empoderamiento de Rusia y de otras potencias medianas; sin dejar de lado los poderes de facto de los grupos radicales.
Europa se perfila como el punto medio de equidistancia y equilibrio. Pero para ello, tendrá que tener una política exterior de mayor calado; lo que a la postre beneficiaría a América Latina, dados los históricos lazos de cercanía de ambas regiones.
Sobre este entramado internacional conversamos con el abogado Jaime Ordoñez, este martes 23 de mayo en Hablando Claro.
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