Los datos no dejan lugar a dudas. En el país, al cumplir los 18 años de edad, ya la mitad de las jóvencitas y dos tercios de los jovencitos han tenido relaciones sexuales.
La Segunda Encuesta Nacional de Salud Sexual y Salud Reproductiva 2015 también revela que la mitad de las mujeres no deseaba su último embarazo, así como tampoco lo deseó uno de cada tres hombres.
Estos hallazgos nos remiten directamente a la importancia de la educación para la sexualidad y la afectividad y ponen en contexto la necesidad de contar con una política pública consistente que permita permita a niños y jóvenes tener conciencia de sus cuerpos y de la importancia de conjugar su accionar con sus emociones.
La fortaleza y permanencia de estos programas en escuelas y colegios es un reto permanente, pero por supuesto, es una materia que va más allá de los aulas. Por ello, abordamos el tema hoy con el exministro de Educación Leonardo Garnier Rímolo y la especialista en temas éticos y de derechos humanos, Gaby Arguedas.
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