Como no podía ser de otra manera, la controvertida situación de la gobernanza de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) terminó en una comisión legislativa especial de la Asamblea Legislativa. Con el caso Barrenador como estandarte, pero con otras porta banderas no menores, como el portafolio de inversiones (hospital de Cartago en primer plano) y la tremenda inestabilidad de la propia Junta Directiva.
La reciente separación, por seis meses de la presidenta ejecutiva junto a otros tres directivos, se suman a los 22 cambios que ha tenido este órgano en tan solo dos años. Once renuncias, dos salidas ordenadas por la Sala Constitucional y una destitución, hacen que solo cuatro designados permanezcan en sus puestos, sin que haya entonces el necesario quorum estructural darle continuidad a las funciones que le competen a ese órgano colegiado.
Hasta ahora el Poder Ejecutivo no menciona la posibilidad designar a una persona en sustitución de doña Marta Esquivel, una de las piezas del círculo de confianza del presidente Chaves. Tampoco se sabe nada acerca del nombramiento de la gerencia general, también acéfalo con el conjunto de altos cargos en indagación judicial por el contrato de servicios tercerizados para 138 EBAIS del área metropolitana.
Bajo el aguacero un pequeño grupo de cartagos recordaron que no se piensan rendir. Están apegados al criterio emitido por la Dirección Jurídica de la propia Caja para empujar que no se anule el proceso de licitación de su tan anhelado y necesario nuevo hospital.
Para poner en perspectiva toda la situación conversamos con la ex directiva de la CCSS, Marielos Alfaro.
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