Siempre tratamos de buscar explicaciones a los procesos económicos a partir de nuestra propia realidad, sobre todo cuando no nos alcanza el dinero, los precios no bajan, no hay posibilidad de ahorro y nos ahogan los intereses de préstamos y tarjetas.
Pero según lo sostiene James Robinson, ganador del Nobel de Economía 2024, hay poderosas razones estructurales: “la pobreza y la desigualdad en América Latina están profundamente arraigadas en el colonialismo y la explotación de los indígenas”. Él junto con Daron Acemoglu y Simon Johnson, recibirán el galardón por sus estudios en busca de respuestas a las razones entre la prosperidad de unos países y el lacerante rezago de otros. Por cierto que la suya, es una teoría determinista muy controversial, sobre todo cuando tras siglos de emancipación vivimos en economías más abiertas al comercio internacional, con atracción de inversiones e innovación y tecnología como aliados de la producción y generación de riqueza.
Y hablando de desequilibrios debemos entender qué sucede con la pregonada "economía jaguar" costarricense y sus claras señales de mayor distorsión entre el gasto y la recaudación de impuestos. Claro que no es una sorpresa para nada lo que está ocurriendo. El asunto de la consolidación fiscal simplemente no se resuelve con discursos ni tampoco con recortes a mansalva que solo producen mayor inequidad y problemas de corto, mediano y largo plazo.
El economista Jose Luis Arce nos recuerda que el ajuste fiscal quedó a medio camino y lo más preocupante es que los actores políticos no están haciendo nada para encarar la situación. Para resumirlo en una sola palabra: indolencia.
Con Arce, Director de Análisis y Estrategia de CFS Capital conversamos en Hablando Claro.
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