Costa Rica alcanzó un tristísimo primer lugar en el mundo como el país con la mayor cantidad casos de acoso estudiantil (bullying) en menores de edad y jóvenes. Así lo reportó recientemente un completo informe de la televisión pública alemana, la cadena DW en español.
Para determinar esa posición, el trabajo periodístico se basó en el informe del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) del 2022, que analizó la data de 80 países y en la que Costa Rica reportó que, en ese año, 44% de los estudiantes se sintieron acosados.
Las razones por las cuales esto ocurre se analizan con parámetros como la desigualdad social, la violencia crónica que se vive en diferentes comunidades y la falta de recursos adecuados para la atención de estos casos, como lo hemos visto en los más recientes hechos en San Carlos.
Con datos aportados por la Contraloría de Derechos Estudiantiles del Ministerio de Educación Pública, los casos de violencia entre pares (estudiantes-estudiantes) aumentaron un 160% entre los años 2019, 2022 y 2023. Los datos de los años 2020 y 2021 se excluyeron por los posibles sub registros durante la pandemia.
Pero esa realidad es solo un reflejo de los comportamientos violentos de los adultos en la convivencia social y familiar: en los hogares, en las carreteras y en general en los espacios públicos.
Vivimos tiempos de confrontación, de discursos de odio, de polarización y exaltación digital que promueven el disgusto, el descontento y la violación de derechos humanos. Y entonces, ¿cómo esperar otra cosa de nuestros niños, niñas y adolescentes si lo que están viendo como ejemplo cotidiano es eso?
Para poner atención a los factores de este fenómeno social conversamos con el psicólogo Milton Rosales.
Audio del programa