Cuando sin razón aparente pagamos más por un producto, deberíamos volver la mirada hacia el Puerto de Caldera para encontrar, al menos, parte de la respuesta de ese encarecimiento.
El sobre costo de muchas mercaderías obedece a los significativos atrasos en la descarga de los contenedores por el congestionamiento de esa terminal portuaria.
Por Caldera ingresan el 80% de las importaciones que llegan a Costa Rica en insumos, materias primas y otros bienes que requieren muchos sectores para la producción nacional tales como maíz, hierro, acero, soya, trigo, arroz y abonos agrícolas. Y por ese mismo punto salen muchos de los 1.500 productos que exportamos al mundo.
Sin duda es un lugar estratégico que debería tener condiciones óptimas, pero sus usuarios indican que la ineficiencia encarece el abastecimiento, lo cual impacta los costos, lo que consecuentemente aumenta el precio final al consumidor y nos resta competitividad.
Caldera opera a un 108% de su capacidad, cuando las mejores prácticas internacionales indican que la ocupación no debe superar un 60%. Los datos de la decimoquinta Encuesta de Perspectivas Empresariales de la Cámara de Industrias advierten que las empresas que usan la terminal pagan sobreprecios de entre $251 y $400 por contenedor y deben esperar un tiempo promedio de 8 a 14 días para tener la carga disponible una vez que llega al puerto.
El desafío es doble, por un lado, mejorar las obras que hoy tiene este centro logístico portuario y por otro, planificar otro puerto que cumpla con las condiciones de crecimiento y proyección de la economía nacional.
Para analizar el tema conversaremos con Sergio Capón y Arturo Rosabal, presidentes de las cámaras de Industrias y de Comercio, respectivamente.
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