En estos dos años de legislatura ha demostrado públicamente su reconocida experiencia como abogada penalista. Y, sin duda, ha sido su doble desempeño como vicepresidenta del directorio legislativo y presidenta de la comisión especial de seguridad y narcotráfico la que le ha dado a Gloria Navas su sello particular.
Clara, directa, sin ambigüedades, se ha convertido en uno de los desvelos del presidente de la República, que no disimula el disgusto por las posiciones de la legisladora, llegando a ataques de violencia política que luego se amplifican en los ecosistemas digitales de la polarización y el odio. Sí, el odio, especialmente contra las mujeres.
Ella no se desvela y le enrostra al mandatario y a su equipo de seguridad la responsabilidad de haber enviado al Congreso un paquete de proyectos de ley mal elaborados.
Y aquí radican muchas de las diferencias, ya que el gobierno intenta responsabilizar a la Asamblea Legislativa de los muertos por la peor ola de violencia del crimen organizado que vive el país.
En las últimas horas se convirtió de manera inesperada en moneda clave de la negociación para la reelección de Rodrigo Arias al frente del directorio legislativo. Una nominación que solo se explica por su peso específico dentro de la fracción de Nueva República, que pondrá parte de los 29 decisivos votos para asegurarle el tercer año a Arias Sánchez. Justo cuando los analistas pensaban que no deseaba ella esa reelección, el Congreso enfrenta el primero de mayo justamente con una fórmula ya probada. ¿Ya ganaron?
Conversamos con la diputada Gloria Navas Montero.
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