Tras siete semanas de guerra, la esperada tregua entre Israel y el grupo Hamás, ha dado un respiro de alivio a la población de la Franja de Gaza. La suspensión de las hostilidades permitió la liberación de personas tomadas como rehenes durante el asalto del 7 de octubre, así como de presos palestinos, en el obligado intercambio que imponen estos conflictos.
En los primeros cuatro días del acuerdo, Hamás liberó a 50 rehenes israelíes y 19 extranjeros (en su mayoría trabajadores agrícolas tailandeses). Hasta ahora, Israel liberó a 150 prisioneros.
El cese temporal de la confrontación podría volver a prolongarse y permitir la liberación de más rehenes, como informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Catar -principal mediador- al anunciar que por la liberación de cada diez cautivos, se prolongará un día adicional la pausa en los ataques.
Durante estos días, los gazatíes aprovecharon el alto al fuego para abastecerse de artículos de primera necesidad. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas informó del ingreso de 137 camiones con combustible, alimentos, agua, AA medicinas y otros artículos. De igual manera, se aprovechó para evacuar a una veintena de pacientes en estado crítico.
El cese limitado de los combates fue el resultado de semanas de intensas negociaciones y la esperanza es que sea posible lograr la liberación de más rehenes, pero está claro para los especialistas que no todos correrán con la misma suerte, pues algunos hombres constituirán el canje final o mejor dicho, los escudos, que asegurarán a los dirigentes de Hamás.
Para poner en perspectiva este período conversamos con el relacionista internacional y Director del Observatorio del Desarrollo UCR, Carlos Murillo Zamora.
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