En términos de recursos, gestión y resultados de los aprendizajes, la crisis de la educación costarricense se profundiza y toda una generación de alumnos del sistema público arrastran tanto las secuelas de las interrupciones de los ciclos 2018-2021, como las respuestas insuficientes y parciales que se han puesto en marcha hasta ahora. Tanto que la pérdida de aprendizajes en Costa Rica se estima entre uno y dos años de educación formal, de los más altos de toda América Latina (pospandemia) junto con México y Ecuador.
Nuestros problemas son harto conocidos, pero no son de la misma magnitud. Hoy son mayores. Y nos los desnuda el Noveno Informe del Estado de la Educación: disminución de la inversión, graves limitaciones para la infraestructura, la mejora de la contratación docente paralizada, la macroevaluación en veremos, el inglés y la educación técnica en retroceso y con el desmantelamiento del programa de informática educativa, ahora increíblemente pasamos de software libre a software con licenciamiento.
Todo lo anterior es apenas un punteo de problemas. Un capítulo especial del informe dado a conocer este jueves sobre brecha de género también revela que las mujeres tienen mayores problemas para aplicar conocimientos científicos y lógico-matemáticos y como si fuera poco, hasta los educadores muestran impresionantes sesgos de género que reafirman arcaicos mitos, por ejemplo, sobre la capacidad de los cerebros de hombres y mujeres.
Por esas deterioradas avenidas, nuestros estudiantes continúan en el sistema público con carencia en aprendizajes básicos de lectoescritura y pensamiento abstracto durante prácticamente toda su formación y muchos de los que logran llegar finalmente a la educación superior, deben ser sometidos a una tarea de nivelación prácticamente imposible cumplir para las universidades.
Imperioso es admitir la gravedad del problema y empezar a exigir desde la sociedad civil el cumplimiento de los 31 acuerdos nacionales pendientes para perseguir con sentido de total urgencia la quimera de una educación equitativa y de calidad.
Al respecto conversamos con Jorge Vargas Cullel y Jennyfer León, Director e investigadora del Estado de la Nación.
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