Las diferencias se iniciaron desde la campaña electoral y se convirtieron en grietas en la Asamblea Legislativa. Ahora se cumplió la “crónica de una muerte anunciada”.
El Partido Progreso Social Democrático (PPSD), que le sirvió a Rodrigo Chaves para llegar a Casa Presidencial y a 10 personas más a la Asamblea Legislativa, hoy es foco de atención ante el ejercicio de transfuguismo de nueve legisladores.
El caldero de las pasiones del poder se aviva con los experimentos electorales, primero de Pueblo Soberano y acto seguido de Aquí Costa Rica Manda.
Un poco más de lo mismo, pero llevado a otro nivel, toda vez que los tránsfugas, aunque se van a otro partido, se niegan a dejar la divisa oficialista para no perder varios beneficios legislativos, particularmente la cuota de asesores parlamentarios de la que gozan.
Todo hace indicar que aprendieron muy rápido las malas artes de la “política tradicional” que tanto criticaban los proclamados herederos del “rodriguismo puro” pues ese y no otro se configura como el pegamento de las tres agrupaciones en la ruta por mantener el poder.
Pero la novela de infidelidades electorales no acaba aún. Habrá que dilucidar cómo conviven en Cuesta de Moras, cómo enfrentarán las tres fuerzas las elecciones municipales que son el meollo de la cuestión y cómo se repartirán las responsabilidades (y las ganancias) financieras y políticas de la campaña electoral pasada, apenas en fase preliminar de investigación.
Para abrir el panorama conversamos con la presidenta y diputada del PPSD, Luz Mary Alpízar.
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