Contundente. Un adjetivo que describe a prueba de cualquier relativización una decisión inobjetable. Contundente fue el resultado de la consulta en las urnas mediante la que prácticamente 6 de cada 10 chilenos rechazaron este domingo de plano la propuesta de una nueva constitución política. Una reprobación mucho mayor de lo que los últimos sondeos de opinión pública advertían. Es decir, la sorpresa no fue la objeción, sino el margen abultado de la reprobación.
Contundentes también son las exigencias del momento y por ello en la lectura del presidente Gabriel Boric, que esperaba un resultado favorable a la propuesta para poder empezar a gobernar, “el camino a una nueva constitución no será obstáculo para dar respuestas a las exigencias inmediatas”. Pero el costo vendrá. La conformación del gabinete será revisada.
Y el camino restante a la vía de una nueva constitución habrá que retomarlo. Y en medio de la campante polarización que -más que menos- marca nuestras democracias, la urgencia, como dijo el joven mandatario chileno, es que la sociedad pueda encontrar sus derroteros comunes. En sus propias palabras, si los chilenos lo hicieron antes en condiciones tan difíciles, el desafío es hacerlo ahora. “Volveremos a encontrarnos”, dijo.
¿Cuáles fueron los factores que llevaron a esta derrota del proyecto de nueva constitución? ¿Cuáles ahora los márgenes de maniobra para la gobernanza de un Ejecutivo tan nuevo y maniatado? ¿Cuál el ánimo social y político para emprender la redacción de un nuevo texto constitucional que por fin deje atrás la carta magna que emanó de la dictadura y que no sea el producto de un traumático levantamiento social como el ocurrido en el 2019?
En Hablando Claro conversamos desde Santiago de Chile con Fabricio Franco, director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y desde San José con el periodista Eduardo Ulibarri.