Las tareas que pesan sobre los hombros del ministro de Hacienda en Costa Rica -seguramente como en casi todos los países latinoamericanos- son gigantescas.
Para don Nogui Acosta, terminar de cerrar la negociación del Fondo Especial de la Educación Superior y lograr el mejor acuerdo posible en la aprobación de los millones de eurobonos que requiere para hacer frente a los vencimientos de deuda que están a la vuelta de la esquina, son tan solo dos de su lista de "pendientes" de agosto. El primero de setiembre deberá entregar al Congreso el plan de gastos para el próximo año y defenderlo tanto en Hacendarios como en el Plenario.
También el presidente de la República, estampó en su lista de objetivos anunciados el martes, con motivo de los 100 días, un puñado de metas generales a las que Hacienda deberá definirles planes de acción y fechas de cumplimiento: evasión, fraude fiscal y corrupción van de la mano con la implementación de “Hacienda Digital”, un proyecto largamente esperado en el país. Otra iniciativa pendiente y necesaria es la aprobación de renta global, que requerirá ardua negociación política. Por algo nunca se ha podido antes.
El Mandatario también ofreció medidas para contener el crecimiento del gasto público. Algo que todos los gobiernos nos ofrecen y cada vez es más difícil cumplir. Y en cuanto a la gestión de deuda, además de los eurobonos, también se pretende abrir el mercado local de deuda en mercados internacionales, así como la creación de una Oficina de Gestión de Deuda Pública. ¿De qué se trata esto último y cómo contribuiría a aliviar nuestras congojas? Son algunas de las preguntas que nos ayudará a evacuar el ministro de Hacienda, Nogui Acosta.