Para nuestra pequeña aldea, termina una semana política de marcada intensidad.
Imposible obviar la sonada (¿sorpresiva?) ruptura de la ex presidenta de la República Laura Chinchilla con su partido Liberación Nacional. Pero ya tendremos tiempo de referirnos en extenso a este asunto álgido para la profunda crisis verdiblanca y en general, del alicaído sistema de partidos políticos de nuestra democracia.
Por ahora nos referiremos entonces a que en la antesala del cierre de las primeras sesiones extraordinarias, hubo apertura de fuegos entre el presidente de la República y la Asamblea Legislativa, pero hubo más. Sesiones “técnicas” nocturnas de diputados con el mandatario y el ministro de Hacienda en sitio neutral y posterior sesión secreta en la comisión de asuntos económicos para referir el tema del momento: los eurobonos.
Justo para reacomodar los canales no habilitados de la comunicación, don Rodrigo Chaves le aceptó un café el lunes próximo a don Rodrigo Arias, quien no ve por ahora viable que los diputados aprueben de un solo golpe autorización de endeudamiento por 6 mil millones de dólares. En otras palabras, parece que todos coinciden en que hay que salir a buscar los bonos fuera del país, pero el diablo está en los detalles: gradualidad del monto y condiciones de cumplimiento.
Precisamente sobre la autorización que el Congreso debe darle al Ejecutivo para los eurobonos es que conversamos este viernes con Eliécer Feinzaig, vocero de los liberales, que ponen condiciones respecto de compromisos de austeridad en el gasto público para acceder a la bendición legislativa.
¿Zapote y Cuesta de Moras empezaron ya la negociación propia de la forja de acuerdos políticos? Veremos.