¡Hay fiesta en Costa Rica!
Si, fiesta un lunes, con celebraciones que se extienden varios días, en una provincia que sabe llenar de alegría sus tradiciones, contagiar con ellas y darles carácter de conmemoración nacional, en un festejo para todos.
Claro que hablamos de la Anexión del Partido de Nicoya, extendida a toda la provincia de Guanacaste y a todo un país impregnado en la identidad por su invaluable aporte, desde los originarios chorotegas, a los pueblos coloniales que tranzaron estrechas relaciones económicas y sociales hacia el sur con el resto de Costa Rica, a las generaciones que después supieron incorporarse al país sin perder la marcada identidad que aún hoy se expresa en su territorio, una quinta parte de la nación.
Es fiesta, claro, pero también reflexión sobre los modos de vida de más de 300.000 pobladores de la provincia, tan atractiva para el turismo y próspera para el agro como ingrata para miles de guanacastecos que no han logrado subir al carro del desarrollo que sí corre veloz.
Muchos han emigrado al centro del territorio, una cuarta parte vive en la pobreza y muchos otros cercana a ella, con factores comunes con otras zonas periféricas del país, pero también con circunstancias que marcan desventajas y, por suerte, también oportunidades de desarrollo.
Tanto que hablar sobre el Guanacaste y tanto que recordar sobre nuestra historia común. El aporte lo hacemos desde nuestra ventana de Hablando Claro, con el historiador Vladímir de la Cruz.