Vivimos una secuencia de variadas crisis una tras otra y las proyecciones económicas del mundo son sombrías Para América Latina, CEPAL proyecta un muy escaso crecimiento de 1.8 % para cerrar el año y urge políticas macroeconómicas precisas así como de seguridad alimentaria y energética. Urge porque aumentarán la pobreza y la pobreza extrema, no habrá recuperación del empleo en la cantidad necesaria y la inflación seguirá afectando a los quintiles de menor ingreso y especialmente a las mujeres y aún más a las mujeres cabezas de hogar.
Según la Comisión Económica para América Latina, en un informe que recién se dio a conocer, los gobiernos deben echar mano a todos los instrumentos posibles para mantener las políticas fiscales y monetarias “procrecimiento”. Por eso recomienda que amplíen el espacio fiscal para favorecer los ingresos y que se impongan tributos a la renta extraordinaria de los recursos naturales.
En lo inmediato, la seguridad alimentaria debe ser para sostener el bienestar de los más pobres, no restringir el comercio internacional de alimentos y fertilizantes, establecer acuerdos de contención de precios y reducir o eliminar aranceles. A mediano plazo implementar políticas agrícolas apoyando la producción, aumentando la eficiencia de los fertilizantes y también su producción (incluyendo biofertilizantes).
En seguridad energética hay que estabilizar los precios de los combustibles, establecer subsidios focalizados temporales a personas y sectores vulnerables. Propone además explorar -en una América fragmentada totalmente- mecanismos regionales de diálogo y coordinación. A mediano plazo propone avanzar en fuentes energéticas renovables (no extracción de combustibles fósiles!) e integración energética.
Por supuesto, con este panorama las expectativas de la gente van totalmente correlacionadas. Para peores, la desconfianza está instalada en el continente. Según el Índice de Clima del Instituto Brasileño de Economía, el déficit en innovación, la política económica de los gobiernos y la corrupción, explican el deterioro económico de los últimos tres trimestres y de ahí el empeoramiento en la valoración de las expectativas. Y claro, ya sabemos lo que juegan las expectativas en economía.
De nuestros propios márgenes de maniobra y especialmente de las medidas que pueden apurar tanto la administración Chaves Robles como el Congreso de la República, conversamos con el economista y dirigente empresarial Luis Mesalles.