Del éxito del manejo de la pandemia en Costa Rica, dará cuenta con el lente amplio y bien calibrado de la ponderación, el tiempo. Pero para muchos de nosotros no hay que esperar para saber hoy que sacamos la tarea, no sin enormes dificultades, sí con mucho temple y determinación, y por supuesto, con el soporte de una institucionalidad y unos liderazgos que son orgullo país.
Y si el Ministerio de Salud ofició como director técnico, habría que reconocer que la Caja Costarricense de Seguro Social, fue el equipo en la cancha. Claro, también estaba la Comisión Nacional de Emergencias, el Ministerio de Seguridad Pública y muchas. Otras organizaciones con sus profesionales, técnicos y colaboradores, en muy diversas áreas desdoblándose en extenuantes jornadas para darnos guía, soporte y contención. Pero la Caja fue el buque insignia. ¿Qué no todo fue perfecto? ¡Por supuesto! Nadie se había probado nunca en el mundo del último siglo en una pandemia. Pero nuestros resultados aseguran nuestros méritos.
La Caja Costarricense del Seguro Social no solo soportó el embate del desplome de sus ingresos, sino que redobló las inversiones con apoyo de la Ley de Emergencias y los disminuidos presupuestos públicos. No escatimó en habilitación de camas hospitalarias, contratación de personal adicional, pago de horas extras y de altísimas incapacidades, compra de medicamentos, insumos y equipos por cientos de miles de millones y también -hay que decirlo- puso víctimas mortales en las frías cifras. Soldados caídos en las muchas batallas que implicó esa guerra inesperada que nos marcó para siempre.
Salimos ya del aro estrecho de nuestros momentos más difíciles. Y hay cambio de autoridades como lo manda la democracia y lo exige el necesario descanso de nuestros conductores. Quedan los resultados, los balances. Las muchas, muchísimas vidas que si se pudieron salvar. Como si fuera poco, en este período se logró ejecutar una postergada reforma (limitada sí pero imprescindible) para darle un balón de oxígeno al sistema de pensiones más importante del país, el IVM. Sostuvimos barco y velas. Ahora quedan las oportunidades de mejora. Muchas y desafiantes.
Conversamos con el presidente Ejecutivo de la CCSS el Dr. Román Macaya.