¡Les deseamos las mejores Pascuas de Resurrección!
Mientras esperamos (en Costa Rica y muchos otros países) que nos levanten la restricción de uso de mascarillas en espacios públicos, última de las medidas que aún quedan vigentes en el mundo occidental, varias grandes ciudades chinas (cosa absurda de resaltar porque en China cualquier poblado es de decenas de millones de gentes) las situaciones controversiales respecto del aumento de contagios covid se han agudizado estos días con la resistencia de civiles a medidas extremadamente severas como los confinamientos y los desalojos forzados.
Difícil conciliar la contención de contagios en el gigante asiático cuando sus ciudadanos pueden ver mediante sus pequeñas pantallas como se reanudan las normalidades prácticamente en el mundo entero. ¿Y la efectividad de sus vacunas?
Pero no se nos olvide, la pandemia discurre en esta fase en paralelo con los ensordecedores sonidos de las armas de guerra. Así que mientras la economía china se contrae y presiona a la baja el precio del petróleo, la guerra rusa en territorio ucraniano lo empuja al alza. Pero Ucrania no está lista para ceder.
Este domingo el presidente Volodímir Zelenski dijo que no cederán territorio en el este (Donbás) para buscar el fin del conflicto y más aún advirtió que si se “eliminan” militares que resisten en un complejo metalúrgico de Azovstal (cerca de la sitiada ciudad portuaria de Mariupol) Ucrania “pondría fin a cualquier negociación de paz”.
Ese es el punto focal de la controversia del mundo hoy, con muchas y muy complejas ramificaciones y lo analizamos con Carlos Murillo Zamora, especialista en relaciones internacionales y director del Observatorio de Desarrollo de la UCR.