Por hartazgo o por necesidad de sentirnos más liberados, o finalmente por ambos factores, hemos normalizado (acaso invisibilizado) la coyuntura de la pandemia. Pero tristemente la pandemia no pareciera estar cerca de acabar, aunque todos estemos esperando el día que nos den la ansiada autorización para quitarnos la mascarilla; esa última cadena de inhibición de la libertad que hemos sufrido en estos largos dos años.
Y es que si bien es cierto los niveles de inmunización en nuestro país son altamente exitosos, también resulta alarmante cómo se han disparado de manera abrupta y vertical las muertes en Hong Kong, solo para citar un caso. Ahí ni siquiera tienen ataúdes para entregar los cuerpos a los dolientes, lo que nos recuerda los terribles meses previos a la existencia de vacunas.
Por eso, la Organización Mundial de la Salud anunció que se esperan brotes y aumentos repentinos de casos, particularmente en áreas donde se han levantado las prohibiciones. Asia va por ahora a la cabeza en esos repuntes, con 29 % de aumento de casos y 12 % de incremento de muertes. En África los contagios aumentaron en promedio un 12 %, pero en algunos sitios específicos como la Isla Mauricio o Nigeria los niveles se dispararon a 180 % y 126 % respectivamente.
En Europa la tendencia promedio al alza es mucho menor (2 %) pero ya hay alertas en lugares donde crece, más como Holanda con un 42 %, aunque con baja mortalidad.
En América Latina pasamos por un buen momento de casos a la baja hasta en 20 % de contagios y 15 % de decesos; pero considerando el comportamiento de la pandemia globalmente, los especialistas estiman que cabría esperar una nueva ola dentro de algunas semanas.
Específicamente para Costa Rica, la alta vacunación es un punto a favor. El último reporte de la Caja dio cuenta de 1,624.107 habitantes mayores de 12 años (31.5 % de la población) ya con esquema triple, mientras que 2,257,157 tienen doble esquema y están a la espera de cumplir plazo para adquirir el refuerzo. El 83 % de la población tiene al menos una dosis para un total de 4,273,569 costarricenses de todas las edades. Así vamos llegan casi a los 10 millones de dosis puestas (9,790.312).
¿Cuál es entonces el margen de maniobra con que acaba en términos de política sanitaria la administración Alvarado Quesada y con qué se iniciará la próxima gestión Figueres Olsen o Chaves Robles? Lo conversamos con el epidemiólogo Juan José Romero.