A estas alturas de la pandemia ¡está clarísimo que lo único que queremos saber es que terminó! Es decir, lo único que esperamos con ansias es el día en que mascarillas, distancias y restricciones vehiculares sean pasado. Y si por el anuncio del presidente Alvarado nos guiamos, entonces sabemos que faltan solo unas cuántas semanas para darle finiquito a esta durísima experiencia que nos ha correspondido vivir, justamente porque el mandatario adelantó que antes de terminar su gestión dará por terminadas las limitaciones.
Pero siendo honestos: ¿estamos en el momento oportuno para deshacernos de las (molestas) restricciones por la pandemia en nuestro país?
El concierto de Nodal en San Carlos reunió a 23 mil personas al aire libre (según la autorización de Salud a los organizadores) En Puntarenas una muy sonada reunión político electoral en un recinto semicerrado mantuvo a más de mil personas plenas de gritos, música, aplausos y abrazos compartiendo el sábado. En otras palabras, para muchos el covid ya se fue. O al menos ya está controlado.
Es cierto que las cifras oficiales van a la baja. Las últimas que conocimos la semana pasada (en estas próximas horas se actualizarán los datos) mostraban un decrecimiento de más del 12 % de casos entre las semanas epidemiológicas 6 y 5. El promedio de casos diarios era entonces de casi 5,000 (4,884 para ser exactos) cosa que a nadie ya sorprende y -seamos francos- tampoco parece preocupar, a pesar de que sí creció el número de fallecimientos: de 111 a 126 entre las mismas semanas citadas.
Es cierto, hay vacunas y muchas por ventura disponibles, hay pruebas rápidas y hay -también debemos decirlo- subregistro de casos, no solo por la pérdida (hace mucho) del rastreo, sino también porque ya muchas personas contagiadas ni se reportan como tales. Simplemente o se aíslan por propia decisión o continúan su vida como si no estuvieran contagiadas.
Entonces, ¿qué es lo propio? Lo conversamos este martes con el especialista en datos y proyecciones Agustín Gómez del Observatorio del Desarrollo de la Universidad de Costa Rica y el epidemiólogo Juan José Romero de la Universidad Nacional.