“Esto no está ganado, tenemos al frente un enemigo poderoso con una estructura sólida y capaz de hacer chorreo de votos para quitarnos esta elección”.
“No podemos permitir que nos choreen como si fuéramos una bolsita de chorrear café, que nos chorren los votos. Que consigamos 5 o 10 votos cada uno y no permitir que nos chorreen. La democracia requiere esfuerzo del ciudadano”. Se viene “mano peluda”
Estas declaraciones fueron hechas el sábado en Chacarita de Puntarenas por la diputada electa Pilar Cisneros y su candidato presidencial Rodrigo Chaves Robles, ante un auditorio repleto no solo de nuevos y entusiastas seguidores de Progreso Social Democrático, sino de ex militantes de muy variados partidos políticos y dirigentes de organizaciones de pescadores.
Las declaraciones corrieron como reguero de pólvora y generaron reacción inmediata de ciudadanos indignados por el despropósito de lanzar teorías conspirativas sobre la solvencia del proceso electoral costarricense, uno de los más reputados del mundo entero.
Justo a propósito de ello, el politólogo Kevin Casas recordó que Costa Rica ocupa el cuarto lugar de entre 165 naciones del mundo en el indicador de Elecciones limpias, de la organización IDEA Internacional. También es noveno en el mundo y primero en las Américas en el índice de Integridad Electoral de la Universidad de Harvard y finalmente, Costa Rica obtuvo el máximo puntaje posible en el reporte de Freedom House sobre la calidad de su proceso electoral.
Menos de 24 horas después de su discurso, Pilar Cisneros aceptó al Diario La Nación “haber cometido un error” al decir lo que dijo. El problema es que una vez instaladas las teorías conspirativas sobre la garantía del proceso, habrá gente que no escuchará la retractación o sencillamente no creerá más que en la primera versión -por cierto muy contundente- que cara a cara recibió de la diputada electa y el candidato presidencial.
Como ejemplo de ello, en los Estados Unidos la mayoría de los republicanos siguen convencidos que a Donald Trump le “robaron” las votaciones de su pretendida reelección en el 2020, algo que en su día enardeció tanto a las masas, que fueron hasta capaces de tomar por asalto el Capitolio, en aquella bochornosa jornada del 6 de enero del año pasado.
Nos resulta por tanto imperioso hablar acerca de lo delicado de jugar con fuego en materia de credibilidad de los procesos electorales nacionales bajo vigilancia del TSE y lo hacemos este lunes en Hablando Claro con don Luis Antonio Sobrado, expresidente y ex magistrado del Tribunal Supremo de Elecciones.
21 febrero: Jugando con la credibilidad del Tribunal Supremo Electoral. Con Luis Antonio Sobrado.
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