Como el muy reconocido expresidente del Banco Central, don Eduardo Lizano y el ex ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias, le dieron un rotundo espaldarazo al acuerdo que negocia el país con el Fondo Monetario Internacional, el candidato liberacionista Jose María Figueres corrió a precisar la noche del miércoles que sí está a favor del tratado, luego de que el martes había dicho algo distinto. Estrictamente hablando no fue que se desdijo, más bien argumentó que había sido malinterpretado, luego de que esos dos connotados miembros de su equipo económico se desmarcaran del anuncio electoral del aspirante en el sentido que perseguiría su propio nuevo acuerdo con el Fondo; señalando que estaba en contra de los nuevos impuestos que el odioso pero necesario plan contiene.
La cuestión es que se le hizo tal zafarrancho interno que debió salir a precisar su postura. Y al menos por ahora parece que avala el acuerdo. Para intentar emparejar las canchas Figueres envió dos mensajes adicionales; le pidió al Ejecutivo que no se “recueste en el PLN” (algo así como que se remoje aún más en la faena) y le pidió a los otros partidos políticos en la contienda que se sumen a adherir el acuerdo (algo así como si yo debo pagar costo político, que los demás también lo hagan y no se esquinen). Por casualidad o como fuera, el PUSC anunció al mismo tiempo por boca de su candidato a la vicepresidencia Franco Arturo Pacheco, que respaldarán el acuerdo, pero como se sabe algunos de los diputados de la bancada están opuestos.
La cuestión es que devaneos aparte de los aspirantes presidenciales con este tema que se las trae, el proyecto de Empleo Público, determinante para que continúe con vida el pretendido acuerdo con el FMI, parece estar -literalmente- en la cola de un venado. Como si no fueran suficientes los resquemores a su aprobación, el diputado frentamplista José María Villalta encontró un buen (muy buen) portillo para tirarlo al canasto: la oposición del Tribunal Supremo de Elecciones externada tres veces respecto de su inclusión en la nueva ley, haría imposible que el proyecto se aprobara en época electoral…
Así las cosas, lo único que pareciera factible en el Congreso en estos días prenavideños y de antesala de la campaña fuerte de enero, sería la tramitación en segundo debate del cannabis medicinal, pues el Ejecutivo no se hizo de rogar con el envío del expediente, luego de la bendición de la Sala Constitucional. Tal vez ese paliativo nos sirva como tranquilizante para tanto sube y baja emocional de la política local.
Con el diputado liberacionista Carlos Ricardo Benavides, evaluamos la coyuntura de la semana en nuestro Hablando Claro.