El mayor desafío para la sociedad costarricense será avanzar hacia la unificación de todos los regímenes de pensiones del país para asegurar su sostenibilidad a las futuras generaciones. Esa es la convicción de la Superintendente de Pensiones, Rocío Aguilar. Pero mientras tanto, sostiene aliviada que el acuerdo firme de la Junta Directiva de la CCSS de reformar el esquema de jubilación anticipada para las mujeres y eliminar el que está vigente para los hombres, era un paso necesario, y por lo demás valiente; sabiendo que era una determinación impopular.
Aguilar, curtida en medicinas amargas como las que debió impulsar como jerarca de Hacienda en los primeros 18 meses de esta administración, está convencida que la reforma, permitirá paliar la sostenibilidad del principal régimen de pensiones del país, ratificando el derecho jubilatorio en 65 años, como se estableció desde su creación. La reforma, no obstante, sí mantendrá un enfoque de género porque permitirá a las mujeres pensionarse a los 63 años; dos antes que los hombres.
De acuerdo con su criterio, la reforma no asegura un monto jubilatorio determinado, pero sí una pensión congruente con las aportaciones de los cotizantes y consecuentemente, con la capacidad de la Caja.
Desde que se establecieron los beneficios de pensión anticipada, en los años setenta, el sistema no recibió financiamiento para hacer frente al nuevo esquema y por ello en este medio siglo se generó un agujero equivalente a 100 billones de colones. Por ello la decisión era necesaria.
Si este constituye apenas un paliativo, ¿cómo debemos entender y sobre todo acometer las próximas decisiones en materia de sostenibilidad de las pensiones del país para no sufrir las duras consecuencias que han vivido otras sociedades? Hacemos nuestro Hablando Claro con la jerarca de SUPEN, doña Rocío Aguilar.
