Los especialistas más connotados del mundo en la materia guardan la esperanza de que el planeta podrá reducir las emisiones globales a la mitad para el año 2030 y alcanzar cero emisiones netas hacia mediados del siglo para así detener y posiblemente revertir el aumento de las temperaturas en el planeta. Eso siempre y cuando se actúe sin más dilación.
Y este es el gran desafío de la humanidad. Dado que la temperatura media mundial fue 1,09 °C más alta en apenas 9 años (2011-2020) de lo que subió en 50 (1850-1900), y considerando que los últimos cinco años fueron los más calurosos registrados desde 1850 y la tasa reciente de aumento del nivel del mar casi se ha triplicado en comparación con los 70 años transcurridos entre 1901 y 1971, resulta “prácticamente seguro” que las temperaturas extremas, incluidas las olas de calor, serán más frecuentes e intensas (como viene sucediendo desde la década de 1950) al mismo tiempo que los eventos fríos se van haciendo menos frecuentes y severos.
El detonador de todo esto es el factor humano, puesto que somos 90 % responsables del retroceso global de los glaciares (que se viene dando desde 1990) y de la disminución del hielo marino del Ártico.
Estas son solo algunas de las grandes conclusiones del histórico informe de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático dado a conocer este lunes y calificado por el secretario general Antonio Guterres como “una alerta roja para la humanidad”. Se trata de la más importante revisión científica hecha desde el 2013 por el denominado Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) que involucra a 234 autoridades en la materia de 66 países del mundo.
Para conversar sobre este documento de repercusión global nos enlazamos con Carlos Manuel Rodríguez Echeverría, CEO del Fondo Mundial para el Medioambiente, una de las organizaciones medioambientales más reconocidas del mundo.