Se cumple este lunes una semana desde que conocimos el caso judicial que contiene muchas de las anomalías que por años se comentaban como un secreto a voces sobre el millonario negocio de la construcción de carreteras a cargo del Consejo Nacional de Vialidad. Un nuevo gran escándalo.
Antes que la determinación de las medidas cautelares para los 30 detenidos por este caso -incluidos los poderosos empresarios dueños de MECO y H. Solís- trascendieron desde el viernes muchos de los contenidos del informe policial que sirvió para los allanamientos de una investigación que tardó más de dos años.
Los supuestos sobornos llevaban años instaurados en una red de “crimen organizado”, según la categoría que permitió al OIJ escuchar conversaciones telefónicas de los ahora imputados. La capa gerencial de CONAVI y su director están bajo investigación, sin que el ministro Rodolfo Méndez Mata se haya podido librar de responsabilidades, pues habría conocido de los problemas tiempo atrás desde su cargo y como presidente del directorio del CONAVI, el órgano creado hace 25 años supuestamente para hacer todo más eficiente.
Sí, se trata del mismo órgano que el gobierno anterior prometió cerrar y no pudo. Lo recuerda bien el ahora exministro Carlos Segnini, quien ejerció el cargo por un año y medio hasta que se reconoció vencido por el desgaste de lidiar con el entramado del MOPT y CONAVI, según dijo en su dimisión. Segnini, sobre quien no hay sospechas policiales en el "caso Cochinilla", puede ayudarnos a ir más allá de las profusas noticias, particularmente del fin de semana.