Todo parece indicar que estamos en puertas de pasar la prueba de la eventual aprobación en primer debate de la nueva ley de empleo público, una modernización del esquema del trabajo del funcionariado que ha esperado por décadas una reformulación. Se trata de una ley de ordenamiento que no constituye una herramienta de finanzas públicas en sí misma, pero sí de consolidación para la gobernanza y la disciplina con reglas claras y justas.
Dicha aprobación sería por supuesto una señal en la dirección correcta que añadiría credibilidad país a las metas de cumplimiento de gasto que evaluará el Fondo Monetario Internacional el próximo mes, cuando también el Banco Central de a conocer la actualización del programa macroeconómico del año.
Por ahora las perspectivas lucen esperanzadoras y todo indica que Hacienda sí cumplirá con las metas fiscales y hasta podría presentar un modesto superávit primario; aunque la curva del abultado endeudamiento que pesa sobre nuestras espaldas no podrá empezar a doblar sino hasta el año 2023.
Para eso son sustanciales no solo los 1.750 millones de dólares que constituyen el acuerdo de Facilidad de Servicio Ampliado con el FMl, sino otras opciones que vendrán con ese pacto.
Claro, eso siempre y cuando el ruido de la campaña electoral no ponga un muro a los acuerdos de Costa Rica que deben ser ratificados en el Congreso. No olvidemos que el candidato presidencial del Partido Liberación Nacional José María Figueres advirtió el 7 de junio tras hacerse con la victoria electoral, que quiere UN acuerdo con el FMI, más no ESTE acuerdo, en señalamiento directo al negociado por la Administración Alvarado Quesada. Y si Liberación se desdijera, ello podría llevar a otras divisas políticas a seguir el mismo camino en la búsqueda de votos, lo que cambiaría todos los escenarios de estabilización planteados para el futuro cercano.
Estos y otros aspectos de la política nacional como la recuperación económica y el avance de la vacunación los escuchamos en la autorizada voz del presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero Brealey.