“No vengan, no vengan”. La sentencia de la vicepresidenta Kamala Harris resonó más allá de la latitud guatemalteca. “Estados Unidos va a seguir cumpliendo la ley y asegurando las fronteras. Nuestra prioridad es desalentar la migración ilícita, solo beneficia a los coyotes”.
Un mensaje a todo el triángulo norte en la primera escala de su viaje a la región (Guatemala) que se selló 24 horas después con el acuerdo suscrito en Ciudad de México con el presidente López Obrador para frenar la migración.
La gira enmarca el cambio de énfasis de la Administración Biden para abordar el agobiante problema del éxodo incesante de desplazados por la falta de oportunidades, las inclemencias climatológicas, el covid y la corrupción rampante, que fue el otro el eje fundamental de la visita. Estados Unidos quiere asegurarse que la cooperación para la generación de oportunidades llegue donde tiene que llegar y por eso Harris puso el tema en la mesa, “hay que abordar la migración y desde esta región en particular… Hay que darle a la gente un sentido de esperanza, de que la ayuda está en camino” pero esa ayuda “debe ir acompañada de relaciones de confianza, de relaciones tangibles en términos de lo que hacemos como líderes para convencer a la gente de que hay una razón para tener esperanzas en su futuro”.
En el contexto de este periplo, Washington anunció la creación de dos grupos de trabajo: uno denominado “Alpha” contra los traficantes de personas. Y el otro para combatir la corrupción, pondrá al alcance de las autoridades nacionales asesores legales para la generación de capacidades técnicas y formativas para enfrentar el flagelo del saqueo de recursos.
Así, la Administración Biden prepara el terreno para su plan de asistencia a la región de 4 mil millones de dólares en los próximos 4 años. Con el politólogo Eduardo Núñez desde Ciudad de Guatemala conversamos en Hablando Claro.