Una larga y penosa historia.
El 10 de marzo pasado, el mismo día que un grupo de líderes de organizaciones no gubernamentales clamaban por ser escuchados por la Defensora de los Habitantes, justo ese día, se hizo efectiva la determinación de la defensora Catalina Crespo de cortar unilateralmente los vínculos de la alianza estratégica que desde el 2016 habían unido a la institución (por excelencia defensora de derechos humanos) con la Fundación Hivos, encargada en Costa Rica de ejecutar los proyectos de cooperación no reembolsables que se financian con dineros del Fondo Mundial para la Lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria, con sede en Suiza.
La decisión había tomado por sorpresa a las organizaciones que luchan en el país contra el estigma, el desconocimiento y los prejuicios que aún en este siglo XXI dominan ciertos espacios sociales respecto de las personas con el virus del síndrome de inmuno deficiencia adquirida; especialmente las poblaciones trans.
No solo Hivos como organización ejecutora del Fondo Mundial, sino el denominado MCP que es el Mecanismo Coordinador de País, en el que participan varias instituciones gubernamentales y de la sociedad civil vigilando la ejecución de los programas, no entendían cómo la Defensora argumentaba problemas presupuestarios para salirse del convenio, si la Defensoría no solo no ponía recursos en la alianza, sino que más bien recibía.
Fue así como la Defensora sacó un segundo argumento mediáticamente demoledor: aseguró que había presunciones de conflictos de interés (malos manejos) en el convenio y señaló de ello a Jeannette Carrillo una funcionaria con 45 años de experiencia que era la Directora del Instituto en Derechos Humanos de la Defensoría, para más señas la encargada de liderar las tareas de capacitación del Convenio Hivos/VIH. La contundencia de la Sra. Crespo fue tal que solicitó al Ministerio Público una investigación penal.
Pues bien, la semana pasada, el Fondo Mundial notificó desde Ginebra no solo que los dineros del convenio se han manejado en nuestro país de manera correcta y transparente, sino que “la Defensoría no ha formado parte del comité encargado de la selección de los subreceptores de la cooperación de Hivos, ya que su labor se limitaba a ser contraparte en el tema de incidencia política del proyecto en el contexto de VIH en el país” y que “por lo tanto consideramos que este no es un caso ni de nepotismo, ni de conflicto de interés, ni de administración activa, ni fallo en el código de conducta del implementador”. Finalizó diciendo que no tenía más que añadir a las alegaciones de la defensora Crespo.
Ahora la ex directora de Derechos Humanos Jeannette Carrillo siente que puede expresarse respecto de las acusaciones que se le formularon y advierte que “La Defensoría está herida de muerte” dados los manejos de la actual jerarca. Con ella y con Ruth Linares presidenta del Mecanismo Coordinador de País conversamos en Hablando Claro.
