Como un retroceso brutal de libertades democráticas. Así califica el índice de la organización internacional Freedom House, el embate que la pandemia, la inseguridad económica y física y los conflictos violentos, propinaron en el 2020 al mundo. Este declive por supuesto, no es nuevo, solo que la pandemia ayudo a profundizarlo en muchos casos porque el virus se utilizó como arma de sojuzgamiento de libertades, más allá de las imperiosas medidas de contención que fue necesario aplicar.
El índice -publicado apenas la semana pasada- da cuenta del decimoquinto año consecutivo de declive de la libertad global. Una recesión democrática.
Todos los retrocesos cuentan, pero algunos por sus características son más relevantes. India por ejemplo, al retroceder, deja por fuera de la posibilidad de alcanzar mejores estadios de libertad democrática a casi la quinta parte de la población del planeta. Y si se trata del retroceso en los Estados Unidos, su pérdida de liderazgo democrático tuvo el pernicioso efecto de servir a las políticas de propaganda de naciones no libres como Rusia y China.
Los enemigos de la libertad -reza el informe- “han impulsado la falsa narrativa de que la democracia está en declive porque es incapaz de atender las necesidades de la gente”, cuando la realidad es que la democracia está en declive porque sus ejemplares más destacados (los verdaderos líderes democráticos) no están haciendo lo suficiente para protegerla.
Desgraciadamente, la conclusión apunta que el impacto del declive democrático a largo plazo se ha vuelto cada vez más global y prácticamente el 75% de la población mundial vivía en un país que se enfrentó al deterioro de libertades el año pasado.
Pero la buena noticia, de acuerdo con el Freedom House es que la democracia es resiliente. “La democracia de hoy está asediada pero no derrotada. Su perdurable popularidad en un mundo más hostil y su perseverancia después de un año devastador son señales de resistencia que auguran un buen futuro para la libertad”.
Otra buena noticia para nosotros es que Costa Rica sale muy bien evaluada en el índice con un notable 91, solo superado en toda América por Chile (93), Uruguay y Canadá (98). Con la politóloga Gina Sibaja conversamos sobre retrocesos democráticos en el mundo de la pandemia.
