Para no sorprendernos, América Latina con sus consabidas artes en el tráfico de influencias y corrupción en los más altos estamentos del poder vuelve a constituirse en noticia de primera plana. Y como era de esperarse se trata de las vacunas contra la Covid-19.
El escándalo más reciente se conoce como “Vacunatorio VIP” y tiene sello argentino. Hasta ahora, 70 personas (el Presidente de la República incluido, pero también un expresidente, senadores, diputados, empresarios y hasta un reconocido periodista) se beneficiaron de la vacuna rusa Sputnik V al margen del segmento prioritario. Cayó la semana pasada por este caso el Ministro de Salud. El gobierno asegura que no hay más vacunados VIP.
Los 70 colados de Buenos Aires parecen poco frente al “vacunagate” peruano. Allí la lista va por 487 nombres que incluyen al expresidente Martín Vizcarra, a dos ministras de estado que ya renunciaron y una larga nómina de empresarios, políticos, religiosos de alta jerarquía, y por supuesto familiares de gente de influencia. Ellos habrían aprovechado los estudios clínicos en territorio peruano de la vacuna china Sinopharm. Se especula que podrían ser muchos más.
En Costa Rica, la investigación en sede administrativa alcanza a limitadas irregularidades/filtraciones en mandos medios en centros de salud específicos y la Junta Directiva de la CCSS definirá sanciones para los responsables de que algunos trabajadores, extrabajadores u otras personas ajenas a la Caja se hubiesen adelantado de manera ilegítima. Mientras tanto en Chile, se habla de una vacunación irregular de nada menos que 37.000 ciudadanos. Pero tampoco se alude a altos mandos sin derecho.
Claro, una cosa es el tráfico de influencias a nivel superior o en mandos medios -lo cual ya de por sí pone énfasis muy distintos- y otra, también motivo de noticia en países como El Salvador y México, es el uso de las campañas de vacunación con fines político electorales.
Por supuesto vacunas es un ingrediente de la lista de multimillonarias compras de la emergencia sanitaria por la pandemia global y ahí el escándalo si bien abarca a muchos más países de Latinoamérica, trasciende el continente. Compras alteradas pruebas falsas, materiales sin requisitos de seguridad, y hasta edificación de hospitales express sin normas constructivas, forman parte del amplísimo abanico de indagatorias, dados los presupuestos extraordinarios que se avalaron, en muchos países, ajenos a mecanismos de transparencia y rendición de cuenta.
Con el politólogo Eduardo Núñez, Director de programas regionales para Centro América de la ONG Instituto Nacional Demócrata conversamos sobre este tema y aprovechamos también para consultarle sobre el Plan Biden para el triángulo norte del Istmo y sobre las elecciones del domingo en El Salvador, donde nadie cuestiona que vencerá Bukele, pero todos se preguntan de qué tamaño será su victoria.