La convención colectiva de la estatal RECOPE data de 1969 y se negoció 16 veces al alza (escandalosamente al alza, hay que decirlo) entre los distintos gobiernos desde Luis Alberto Monge hasta Laura Chinchilla, según el registro institucional. El gobierno de Luis Guillermo Solís fue el primero que la negoció a la baja y se supone que en estos días está por aprobarse una segunda rebaja, la primera que se negocia después de la Reforma Fiscal del 2018.
Esos son los datos ya documentados, pero en veremos están los detalles de lo que negociaron en semanas recientes la administración de RECOPE y el sindicato de la institución. El contexto obliga a mirarlos con lupa y alguna desconfianza. Como se observa todo hoy en día. Porque lo que antes era aceptable, hoy no lo es en absoluto.
Las convenciones, tan añejas como los privilegios que consolidaron por décadas, ahora son terriblemente repudiadas. Es muy reciente la renegociación de la convención del MEP con sus subalternos. Pero en el caso actual, para mayor irritación, se trata de RECOPE, conocida como ‘la refinería que no refina’ y ejemplo de las instituciones estatales que requieren una reforma profunda para acoplarse en tamaño y funciones a las nuevas realidades del país, y a las tendencias modernas internacionales en temas energéticos. Conversamos el tema con Alejandro Muñoz, presidente de la institución.