Para bajar a la mitad la gigantesca deuda pública que cargamos en el año 2035 y lograr financiamiento internacional para sobrellevarla, debemos empezar tan pronto como este mismo primer semestre. Tendremos que alcanzar (sí, tendremos, porque se trata del país) de alguna forma hoy casi impensable un acuerdo interparlamentario que le permita al país concretar el preacuerdo alcanzado el viernes pasado con el Fondo Monetario Internacional y que en definitiva pretende alcanzar un superávit primario equivalente al 1% del Producto Interno Bruto en el 2023. Es decir, estamos en puertas de un imperioso acuerdo político en plena pandemia, y en pleno clima preelectoral, que requiere de un ajuste fiscal que rondará en tres años el 5% del PIB, si consideramos que cerramos el 2020 con un déficit del 4%.
La buena noticia fue justamente el pacto preliminarmente alcanzado con el FMI tras dos semanas de conversaciones. Un paquete de 11 compromisos que incluye restricciones presupuestarias, congelamiento de pensiones y vacantes, aplicación rigurosa de la regla fiscal aprobada desde 2018, la tan postergada reforma al empleo público atascada en el Congreso, la reducción de las exoneraciones, el establecimiento de la renta global, el impuesto a los premios de lotería y las casas de lujo, la venta de la cartera de CONAPE y la modernización de la inspección aduanera.
Será un apretón de faja fuerte que, sin embargo, podríamos decir que está lejos de los pronósticos iniciales de probable aumento del IVA o de la imposición a las transferencias bancarias por las que el solo anuncio en setiembre pasado ocasionó bloqueos y barricadas en todo el país.
Pese a lo anterior, lejos de celebrar el acuerdo, las reacciones iniciales de algunos de los representantes del Congreso -como era de esperar- fueron de anteponer dudas o adelantar que el camino será muy arduo y que no darán sus votos sin transacciones de por medio, aunque algunas de esas transacciones podrían generar mayores complicaciones de las que ya atravesamos dado el poquísimo margen de maniobra que tiene el manejo de las finanzas públicas.
Para conocer cuáles son los aires que circundan el ambiente en torno al acuerdo con el Fondo Monetario iniciamos nuestro Hablando Claro de la semana con una ronda de consultas a diputados. ¿Estará el país primero? ¿La campaña electoral y la lucha por las candidaturas ya abierta, entorpecerán el proceso o más bien lo facilitarán?