Con la tensión a tope en Washington, una ciudad prácticamente sitiada por miles de efectivos del ejército, policía, guardia nacional, servicio secreto y otros cuerpos de intervención, esta (también) será una semana climática en los Estados Unidos con la toma de posesión el próximo miércoles de su 46° Presidente.
A partir de ese mismo día, empezarán a regir medidas urgentes para contrarrestar el contagio de la pandemia en el país que ostenta el primer lugar en número de casos y de fallecimientos en el mundo. Pero se emitirán muchas otras ordenanzas cargadas de inmenso simbolismo y significado. Internacionalmente, el retorno al Acuerdo de París será sin duda el más importante. Pero también el nuevo mandatario pondrá fin al veto migratorio para países de mayoría musulmana que impuso Trump, y en lo que constituye un impulso a una política más humanitaria hacia unos 11 millones migrantes que han vivido prácticamente toda su vida o gran parte de ella en ese país sin poder regularizar su condición permanentemente, se espera que la nueva administración plantee una reforma migratoria. Además, Biden girará dos moratorias socioeconómicas determinantes. Una contra los desahucios y otra contra los préstamos estudiantiles.
El plan de reactivación económica de la nueva administración ascenderá a casi dos mil millones de dólares. El gobierno demócrata tiene mayoría en la Cámara de Representantes y paridad en el Senado con posibilidad de desempate. Su dilema más perentorio será el juicio político a Donald Trump, que el Congreso avaló la semana pasada.
Para el experto en asuntos políticos Constantino Urcuyo Fournier, el gran reto de los norteamericanos será preservar el respeto al equilibrio de poderes. Es decir, mantener su estado de derecho, como el único antídoto contra el populismo autoritario. Con el Dr. Urcuyo iniciamos la semana de política internacional en Hablando Claro.