No es casualidad: el reclamo es prácticamente el mismo en casi todos los países donde se está aplicando la vacuna contra el SARS-CoV-2: que no es suficientemente rápido ni suficientemente amplio el cronograma de inmunizaciones.
El ruego es natural si se considera la impaciencia (desesperación) por las vacunas, las tasas de contagio (al alza tras las festividades navideñas) el agotamiento frente a las otras medidas (aun cuando deberán continuar mucho tiempo más) y la larga espera para recuperar parte de la normalidad perdida. Esas son las consideraciones subjetivas y son absolutamente entendibles.
Pero la razón es tercamente objetiva y no entiende de nuestros deseos. Lo cierto es que los países que ya tenemos vacunas somos afortunados, porque somos los menos. Lo cierto es que -excepto por las multimillonarias compras que aseguran abastecimiento millonario de dosis (como el caso particular de Israel que será el primer país del mundo en tener vacunada a toda su población a finales de marzo) las vacunas van llegando gradualmente en pequeños cargamentos y consecuentemente, las inoculaciones van lentamente también.
Lo objetivo es que al cierre de la semana pasada nuestro país alcanzó una tasa de aplicación de 0.19 por cada 100 habitantes. Muy poco. Sí. Pero si nos comparamos con algunos otros latinoamericanos que ya tienen sus primeros cargamentos, vemos que Argentina alcanzó 0.09, Chile 0.06 y México 0.04. La cuestión no es nada sencilla.
Lo objetivo es que las proyecciones de nuestro programa nacional de inmunizaciones establecen en un período de un año la vacunación a todas las poblaciones prefijadas, pero que cumplir con ello dependerá del abastecimiento y distribución mundial. En nuestro caso concreto, apenas hemos recibido 54,600 dosis, de las cuales se terminarán de poner 27,456 en estos días y esperamos en cualquier momento el cuarto cargamento con 33,150 dosis. Hay que considerar, además, que no todas las vacunas se pueden poner de inmediato porque las autoridades deben asegurar la segunda dosis para todos los que van recibiendo la primera. Estas son las razones objetivas. Seguro no las que quisiéramos, sino las que son.
Y para agregar más hechos, el país que inicialmente había establecido una inmunización para tres millones de habitantes, amplió la protección a 640,800 personas más de acuerdo con la decisión gubernamental de presupuestar en el primer extraordinario de este año 40,500 millones de colones para nuevas adquisiciones. Este adicional permitirá vacunar en total a 3.705.638 ciudadanos.
Finalmente, los 14 ultracongeladores comprados en China para asegurar la cadena de frío de las vacunas de Pfizer serán embarcados este viernes y se estima que llegarán al país a mediados de febrero con lo que podrán aumentarse los envíos de vacunas a todo el territorio nacional.
Hechos objetivos y realidades alternativas sobre las vacunas Covid-19. Eso es lo que conversamos en HablandoClaro con la Dra. Leandra Abarca, coordinadora del programa institucional de inmunizaciones de la Caja Costarricense de Seguro Social.