Casi todo lo que digamos alrededor del 2020 parecerá un lugar común. Algo muy obvio o descriptivamente muy limitado para dimensionar a escala real lo que nos significaron los 10 meses a los que se redujeron nuestras historias del año que fenece.
Un año diferente a todos. Un año que presentó desafíos que por supuesto no terminarán cuando arranquemos la última página del calendario del jueves 31 de diciembre, pero que en el ritual de la última noche nos convoca a reflexionar sobre logros, pérdidas, alegrías, tristezas…
Perdimos personas amadas, perdimos libertades que dábamos por descontadas, perdimos empleos, perdimos sueños, proyectos e ilusiones. Perdimos márgenes de maniobra, perdimos paciencia, perdimos a veces tolerancia y a fuerza de tanta incertidumbre y tantas preguntas, perdimos a veces hasta capacidades de entendimiento.
Aprendimos hábitos sencillos, pero que eran absolutamente ajenos a nuestra conducta cotidiana. Aprendimos muchos términos, nos interesamos en asuntos que solo eran del resorte de médicos, científicos y especialistas. Pero más que eso, aprendimos a empezar de cero, a enfrentar el temor de cada día, aprendimos a abrir resquicios a partir de puertas que se cerraron.
Y ahora, seguimos aprendiendo de resiliencia. Ahora también aprendimos a cuidar y revalorar más a la familia, a quienes nos quieren, a los amigos de verdad. ¿Cómo sacar provecho de todo lo ocurrido? ¿Cómo encontrar agallas y renovar sueños, proyectos y esperanzas? Acompáñenos en el último Hablando Claro del 2020 con el psicólogo Milton Rosales.