La noticia de sábado fue la culminación del proceso de diálogo que llevaron Gobierno y representantes de 62 organizaciones con el apoyo del presidente legislativo Eduardo Cruickshank, para buscar salidas (siempre escasas y espinosas) que reduzcan en al menos 2.5 % del PIB el déficit de nuestro país, que cerrará el año por encima del 9 %.
Como siempre, hay al menos dos maneras de verlo. Una es la del pesimismo cómodo, a veces burlesco, sobre el trabajo que hicieron decenas de representantes durante horas y horas, a veces tolerando lo que parecía inaceptable dicho por el compañero de al lado.
Otra forma es reconocer como válido el proceso en sí mismo para impulsar medidas que el Gobierno en sus debilidades no lograría por cuenta propia.
En síntesis, se superó la meta de 2,5 puntos, aunque de las 58 propuestas algunas todavía deberán pulirse, otras ya llevan camino adelantado en el Congreso y otras más se aplicarían hasta el 2022. También se amplió margen para nuevas concertaciones con la instalación formal de un Consejo Consultivo Económico y Social que dará carácter permanente a los encuentros que se extrañaban ya entre actores políticos, sociales y gubernamentales. Pero lo rescatable es que se dieron acuerdos y eso importa, porque apunta a restablecer nexos de confianza y porque -además- lo observan las calificadoras de riesgo financiero.
Para conocer detalles y dimensionar los resultados invitamos a nuestro Hablando Claro al economista Víctor Umaña (facilitador de la mesa de diálogo), a la empresaria Mónica Segnini y el líder sindical Jorge Coronado.