El doctor en medicina Jorge Villalobos Pinzón se empezó a interesar en el cannabis medicinal tres años atrás cuando su padre enfermó de cáncer. Como médico, había sido un escéptico de las propiedades que se le atribuían. Como hijo, quería hacer todo lo posible por disminuir los efectos de los padecimientos asociados al carcinoma que padecía su papá.
Hoy es un galeno tan convencido, que prácticamente no prescribe medicamentos tradicionales a sus pacientes y obviamente, no comprende por qué el Poder Ejecutivo se opone al proyecto de ley que se tramita en el Congreso y que permitiría como en muchos otros países de América Latina (Colombia en la avanzada con el 50% de la producción legal de cannabis para uso medicinal) no solo sacar provecho de una actividad lícita que -con las obvias regulaciones estatales- generaría empleo y millones de dólares al país, sino que más tan importante o más que ello, asegura que prohibir los efectos terapéuticos del cannabis atenta con los derechos humanos de las personas que podrían encontrar alivio a una cantidad de enfermedades y padecimientos que ni siquiera se pueden controlar en casos muy severos con medicamentos como la morfina o el tramal.
Como si todo ello fuera poco, el Dr. Villalobos logró ayudarse a perder 150 libras de peso consumiendo este cannabinoide, de modo que él mismo también se convirtió en ejemplo de la contribución de la molécula en su propio organismo. Y por ello está listo para importarla y distribuirla en todo el territorio nacional.
En su criterio, el tema es muy controversial por sesgos y prejuicios, pues hay suficiente respaldo científico para que el país pudiera convertirse en un productor de cannabis medicinal de primera calidad. Por eso, es un defensor entusiasta de la iniciativa de la diputada Zoila Rosa Volio. Y con ambos conversamos en Hablando Claro.