Lamentablemente no hay mucho que explicar. El viejo dicho pinta nuestra encrucijada. Los contagios crecen de manera aceleradísima. Desde el 26 de agosto no bajamos el recuento de casos de 4 cifras; es decir de más de mil. Parece una pesadilla pero es real y lo peor, nos acostumbramos.
Y no es necesariamente que la mayoría no cumpla con las medidas de protección para intentar doblar la curva, es que bastan los que no ayudan para que el panorama sea tan desalentador como el que reflejan en sus rostros semi ocultos por las mascarillas las autoridades cuando advierten una y otra vez que la situación es tan compleja que podría obligar a nuevos cierres, apenas empezando esta fase de apertura para la cual, es evidente, no estábamos listos. Pero la política, arte de lo posible, ya no le daba al Ejecutivo para más cierre por mucho que se justificara, aunque a decir verdad ni todas las cifras juntas bastan ya para convencer a algunos. La cuestión es tan paradójica como los centenares de gentes en las playas de limonenses que se reflejó en un alarmante incremento de casos del 285 % entre las semanas epidemiológicas 34 y 36 en ese cantón atlántico.
Por otra parte, según el Centro Centroamericano de Población de la UCR, en comunidades como San José de la Montaña (Barva de Heredia), Cañas de Guanacaste, Guaycará de Golfito, La Rivera de Belén, San Lucía (también de Barva) y Los Chiles centro en el cantón de los Chiles, las tasas de contagios son mucho mayores al resto del país. Un poco menos que esas localidades, pero también con mayor incidencia respecto de la tasa nacional, fueron mapeadas Espíritu Santo en Esparza, San Rafael, San Juan y Dulce Nombre en La Unión (de Tres Ríos), La Fortuna y Venecia de San Carlos, La Virgen y Horquetas de Sarapiquí, así como Dulce Nombre y Guadalupe de Cartago.
Y aunque los especialistas insistan una y otra vez que la gran batalla debe librarse en las casas, ciudades y pueblos, lo cierto es que es en los hospitales donde se están partiendo las espaldas los equipos de salud. Hay actualmente 524 hospitalizados por Covid, de los cuales 219 están en UCI; 18 menos que el miércoles porque perdieron la pelea llevando a 567 el número de fallecidos en las últimas 24 horas, en las que paradójicamente murieron 24 personas; a razón de una por hora. Así de simple, así de crudo. Por eso se avanzan las conversiones para pedir soporte a los hospitales privados. En Hablando Claro hacemos balance y recuento de desafíos con el Dr. Marco Vinicio Boza, intensivista del Hospital Calderón Guardia.