Casi con certeza a media semana superaremos los 50 mil contagios de COVID-19. Este lunes ya pasamos de los 500 fallecidos y prácticamente tenemos la misma cantidad de personas hospitalizadas.
El último semestre de nuestras vidas todo cambió y aun cuando los especialistas indican que faltan semanas decisivas para empezar a respirar de cara al esperado descenso epidémico, seguimos enfrentando los coletazos de la pandemia paralela del desempleo y la productividad y, por tanto del imperioso acompañamiento social que debemos mantener de alguna forma para auxiliar -desde la institucionalidad pública, la empresa privada, las organizaciones de la sociedad civil y la acción espontánea de cada cual- a todos los damnificados de la pandemia.
Por eso conviene hacer un balance de las acciones que desde el Ejecutivo se conducen. Ya sabemos que el desempleo es el más alto de los últimos 40 años. Sabemos que en los últimos cuatro meses el Bono Proteger alcanzó a 65 mil personas y sus familias, amén de casi novecientos mil estudiantes beneficiados con suplementos alimenticios vía comedores escolares. También tomamos nota que más de 300 mil familias recibieron abarrotes (alimentación y artículos de higiene) vía Comisión Nacional de Emergencias.
¿Cómo podemos mantener las distintas modalidades de asistencia social con cada vez menos recursos? ¿Será imposible reeditar el programa Proteger? Y tan importante como esta estructura de acompañamiento mientras salimos de la crisis, ¿cómo se vislumbra el panorama de la reactivación para empezar a pensar en la recuperación de –al menos- un parte del empleo destruido? En Hablando Claro conversamos con Geannina Dinarte, ministra de Trabajo y Seguridad Social.