En estos días asistimos tristemente –y por supuesto no solo en Costa Rica, sino en muchos otros países- a un inevitable desencuentro social: corren en paralelo, los esfuerzos por contener los contagios y las protestas de quienes ya no aceptan que la política sanitaria se anteponga a la reapertura económica.
Este fin de semana contabilizamos 1,685 casos nuevos (de viernes a domingo) para un total de 18,975 contagios con 162 decesos y la premura de 366 hospitalizaciones y ocupación preocupante casi un centenar de graves (98 en cuidados intensivos). A pesar de ello, la buena noticia es que la tasa de reproducción ya está en 1. Tenemos control de la pandemia. Pero es un control frágil. La victoria sobre el virus solo se alcanzará cuando llegue la vacuna.
Mientras tanto, la tónica será ganar y perder espacio con las tasas de contagio y por supuesto, tratar de que no se saturen nuestros servicios hospitalarios y mejorar en lo posible la atención de quienes enfermen y puedan tener pronto un poderoso tratamiento de plasma equino elaborado por el reconocido y prestigioso Instituto Clodomiro Picado, que está hoy más cerca de poder ofrecer esta solución.
Se espera que en poco más de una semana, estén listos los protocolos que permitirán probar inicialmente en 24 enfermos de Covid 19, dos tipos de preparaciones del suero, que fue avalado ya en pruebas de laboratorio en la universidad estadounidense George Mason. Se trata -como sabemos- de un logro incuestionable de nuestros científicos que nos llena de orgullo, satisfacción y esperanza, mientras continúa la larga espera por las vacunas que reciban finalmente el beneplácito para la producción masiva que requiere el planeta entero.
Por ahora, el desafío inmediato es poder demostrar que así como los anticuerpos obtenidos del plasma equino inhiben la efectividad del SARS-CoV-2 en el laboratorio también lo inhibirán en los enfermos.
Si resulta así, los próximos meses serán tan intensos como estos últimos cinco para los científicos locales, pues trabajarán a toda marcha en las pruebas para mejorar el rendimiento de la producción y disminuir los costos del tratamiento. ¿Requerirán más personal, más recursos? ¿Requerirán más caballos? ¿Podrían llegar a suplir necesidades incluso no solo de enfermos en el país, sino más allá de nuestras fronteras? Conversamos sobre el tratamiento del poderoso inhibidor equino costarricense con el Dr. Alberto Alape, coordinador del Proyecto de Formulaciones Anti Covid del Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica.