“Necesitamos un Presidente firme y dispuesto a dar una lucha más fuerte aún que la pandemia”. Quien lo afirma es el economista Fernando Herrero, ex Ministro de Hacienda en el primer tiempo de la Administración Chinchilla Miranda.
Herrero alude a la imperiosa necesidad de apurar un diálogo que es cada vez más urgente para definir el rumbo que tendrá el país de cara su endeble situación fiscal dado el déficit que lo agobia. La reducción del gasto, la deliberación sobre las transferencias constitucionales, la planilla pública, los activos del estado y por supuesto, la deliberación acerca de eventuales nuevos tributos, son parte del menú fuerte que debemos digerir para estar en posición de acceder a un acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional, que va constituyéndose en la única salida que nos queda, luego de agotar otras alternativas de endeudamiento y luego de que, una tras otra, las agencias internacionales de riesgo censuran con sus calificaciones, nuestro casi nulo propósito de enmienda para mejorar la condición de las finanzas públicas.
Pero, ¿qué debemos entender por “un Presidente firme”? En un contexto político y económico como el que tenemos, ¿cómo debería proceder don Carlos Alvarado para avanzar en una tarea tan compleja, entendiendo que la debilidad es casi una condición consustancial al Ejecutivo en Costa Rica? Y aún más, en el caso particular de esta administración, nos referimos a un gobernante que quemó casi todas sus naves en el delimitado plan fiscal que aprobamos en 2018 y peor aún, con un Congreso enfrascado en devaneos preelectorales.
En nuestro tercer programa sobre el camino hacia un acuerdo para buscar que el FMI nos abra la llave del financiamiento con un crédito stand by, conversamos en con el exministro de Hacienda Fernando Herrero.
