El Doctor Daniel Salas llegó de recambio a la titularidad del Ministerio de Salud seis meses después de iniciada la administración Alvarado Quesada, aunque ya llevaba un largo camino recorrido en esa institución desde las áreas de Inmunizaciones, Promoción de la Salud, Mercadotecnia de la Salud y Vigilancia de la Salud.
Al asumir el cargo dijo que pretendía “consolidar el papel rector del ministro como articulador de los organismos públicos y privados y promover el enfoque de equidad en salud”
Hoy la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE el club de las naciones de las buenas prácticas al que ingresaremos pronto, asegura que el nuestro es un país que ha ejecutado políticas creativas e innovadoras, para enfrentar con éxito del SARS-Cov-2 y otras agencias internacionales también destacan nuestro esfuerzo y resultados.
Pero la tarea, si bien es cierto resultó exitosísima en la primera fase, en la segunda ola pandémica, se torna cuesta arriba, con varios agravantes. Acusamos cansancio por distanciamiento físico y otras limitaciones a las libertades hasta hace poco acostumbradas, tenemos un incremento sostenido y significativo del número de contagios (solo en las últimas 48 horas se reportaron 163 nuevos casos) nuestra ubicación geográfica nos empuja a una transmisión comunitaria que incluso algunos especialistas estiman que podría ya estar latente, las presiones para abrir la economía no cesan, los requerimientos de recursos van al alza mientras la disponibilidad de dinero para enfrentar la pandemia va en picada… En fin, los escollos se multiplican y la paciencia se agota.
¿Cómo lidia con todo esto, mucho de lo cual lleva sobre sus espaldas el Dr. Daniel Salas, a quien se le alaba y reconoce su liderazgo, pero también se le critica hasta cuando evidencia cansancio? Conversamos con el líder del manejo de la crisis pandémica.